Para prevenir futuras contingencias ambientales como la que acabamos de experimentar, es imperativo clausurar de inmediato el basurero municipal a cielo abierto conocido como El Iztete. Sus emisiones contaminantes representan una grave amenaza para la salud de casi la mitad de la población del estado de Nayarit. No debemos permitir que este establecimiento ilegal continúe operando, ya que viola toda la normativa ambiental vigente. Durante más de veinte años, las autoridades municipales han delegado tal decisión a las siguientes administraciones, y como resultado, el poder contaminante del Iztete ha aumentado como bomba de tiempo.
Algunos podrían considerar que el actual relleno sanitario de El Rincón, aunque inactivo en la actualidad, sería una mejor opción. Sin embargo, su diseño no tuvo en cuenta la dirección del viento sobre la ciudad. En caso de un siniestro similar al de El Iztete, las emisiones tóxicas de La Escondida no solo afectarían la parte oriental de la ciudad, sino que se extenderían por todo el territorio urbano.
Información y texto de Mario Alberto Ortiz Jiménez