El 4 de mayo pasado, la tripulación de un yate que navegaba en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar, en aguas españolas, sufrió el ataque repentino de 3 orcas, en una acción aparentemente coordinada (¿y premeditada) con el propósito manifiesto de hundir la embarcación.
Si bien el incidente ya es sorprendente en sí mismo, más increíble aún es que no se trata de un hecho aislado, pues al menos desde mayo de 2020 se han registrado varios ataques sumamente similares en la misma zona, algunos más agresivos que otros, pero todos en contra de veleros de calado medio y con un procedimiento que parece ser ya un modus operandi o una estrategia bien definida: las orcas se acercan desde la popa para golpear el timón de la embarcación hasta que logran detenerla, para entonces dispersarse.
Ante la constancia de dichas características, científicos especializados en el comportamiento de estos mamíferos marinos suponen que las embestidas son un comportamiento concertado y dirigido por una orca en particular, al parecer como resultado de un trauma sufrido por el animal a manos de un yate (un golpe o el intento de cazarlo), esto a decir de Alfredo López Fernández, biólogo de la Universidad de Aveiro (Portugal).
A este respecto, parece ser que una orca que ha sido bautizada con el nombre de Gladis es la mente maestra detrás de las agresiones, orquestándolas e incluso enseñando a otras orcas a arremeter en contra de las embarcaciones. En este contexto, Gladis parece ostentar ya el récord de haber hundido al menos tres barcos desde que las agresiones comenzaron.
– reedit, NOAA y Stephen Bidwell (SWNS)