Los hijos de Roberto de 11 y 10 años se despidieron entre lágrimas de su padre, una de las 40 víctimas del incendio en la estancia migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Sus familiares relatan que fue el 19 de marzo cuando el guatemalteco de 32 años se despidió de ellos e iba en busca de un mejor trabajo en Estados Unidos para poder ofrecer mejores condiciones de vida a sus cercanos.
“Se fue como un guerrero, como un campeón, pensando en buscar una mejor vida para su familia, hoy lo vamos a despedir con honor”, expresó el pastor Rolando Pérez durante la ceremonia fúnebre.