El gobierno noruego tiene una política de rehabilitación de los presos, utilizando las cárceles para pocos hombres, con estímulos laborales, proyectos de resocialización y, por supuesto, instalaciones «adecuadas».
La prisión más famosa es Halden, conocida como la «prisión más humana del mundo». No hay celdas superpobladas, las habitaciones tienen televisión, escritorio y baño privado. La ventana no tiene barrotes y tiene vistas al bosque.
Los reclusos son considerados peligrosos, autores de crímenes atroces.